Resulta increíble que una expresión tan malsonante sea la elegida para desear suerte a nuestros queridos actores cada vez que se suben a un escenario para hacernos pasar un buen rato. 

Es por eso, que a veces resulta necesario indagar sobre las expresiones más coloquiales para saber si de verdad les estamos deseando suerte o todo lo contrario. 

La realidad de esta expresión tan curiosa tiene dos orígenes, pero ambos, tienen mucho (o todo) que ver con los excrementos de caballo. 

La primera teoría data del Siglo de Oro Español, conocido por ser una de las épocas con más corrientes y movimientos teatrales en España, y autores como Lope de Vega, Tirso de Molina o Calderón de la Barca. Se dice que, cuando las compañías teatrales viajaban por pueblos y ciudades de nuestra geografía siempre se fijaban en lo mismo: La cantidad de excrementos que había en los caminos y aledaños de los posibles lugares de representación. Si había una notable cantidad, eso significaba que muy probablemente, hubiera una feria, un mercado o fiesta patronal, por lo que, ese sitio resultaba idóneo para representar su obra, ya que se aseguraban una buena cantidad de espectadores. 

Aunque parecida, la otra teoría es la siguiente: Cuando la compañía se encontraba en un teatro o recinto, a punto de dar comienzo a la función, normalmente mandaban a un muchacho de carga o a la figura que hoy sería el regidor de escena para ver la cantidad de deposiciones que había cerca del edificio. Si había una cantidad importante, eso significaba que el anuncio de la obra había sido un éxito y una gran cantidad de público había acudido. 

Además, en la mayoría de las ocasiones, la entrada era gratuita y la manera obtener dinero era gracias a las monedas que una vez finalizaba la obra, el público lanzaba al escenario. Es decir, a más gente, más monedas.

En resumen, cuando le deseas a una compañía mucha mierda, les estás deseando que vayan muchos espectadores a verles y con ello, les deseas éxito en su representación, por lo que, a partir de ahora, no te cortes en gritar: ¡MUCHA MIERDA! (Por muy mal que pueda sonar.)